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VIDA SANA
"En cada acto médico debe estar presente el respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales; entonces la ciencia y la conciencia estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad", había manifestado el doctor René Favaloro.
Pero lo cierto es que hoy en día, muchos pacientes no se sienten respetados porque las consultas médicas duran pocos minutos y son evaluados a partir de fríos números de un análisis de colesterol. El profesional debe utilizar su criterio ético para darle una solución rápida y fácil -como la medicación-, o preocuparse por hacer una escucha atenta y tratar de que esa persona modifique hábitos nocivos, antes de recetar algo. Mucho más que un dilema médico: un dilema ético que compromete tanto a pacientes como a profesionales.
"El colesterol es muy importante y necesario y, por eso, la naturaleza lo puso en todas nuestras células. Todo procede del colesterol, que es el que forma parte de las membranas, que es el eje y centro de la síntesis de sustancias tan significativas como la hormona sexual, las del estrés y las que mantienen el sodio y el potasio en nuestro organismo. A su vez, forma parte de tejidos grasos, como el cerebro, y actúa en su correcto funcionamiento", explica a Infobae María Alejandra Rodríguez Zía (MN 70787), médica clínica y endocrinóloga.
En ese aspecto, sugiere que la visión que hay que tener de un paciente con respecto al colesterol, siempre debe ser integral. Es decir que es básico tener en cuenta su aspecto psicobiológico:
-Qué experiencias está sufriendo que van a relacionarse con su estado biológico
-Cómo están las hormonas del estrés
-Cómo está su peso
-Si es sedentario
-Si toma excesivo alcohol y fuma
-Si come carbohidratos y grasas por demás
Por consiguiente, hay que evaluar un conjunto de situaciones, que están vinculadas a la obesidad y a la aterosclerosis.
Una bomba de tiempo
El colesterol alto es uno de los primeros factores que evalúan los médicos en los análisis, antes de medicar. Y esto es porque, en niveles muy elevados, puede provocar infarto agudo de miocardio y accidentes cerebrovasculares, e incluso la muerte súbita. El colesterol es una molécula inocua si está antioxidada, el oxi-colesterol o colesterol oxidado es el verdadero problema dado, que se pega a las paredes de las arterias por la carencia de antioxidantes, especialmente vitamina C.
"Respecto de esto, podemos decir que si el colesterol está arriba de los 300 y está oxidado, el paciente tiene un alto riesgo y por ello, debe de ser tratado con medicación, existiendo la posibilidad de que sea una enfermedad hereditaria", aclara la especialista.
Sin embargo, hay que distinguir el colesterol levemente alto, del muy alto. Por lo tanto, antes de acudir a la medicación, "es primordial que el profesional reconozca si el paciente puede bajar el colesterol levemente alto (220mg) de manera natural, recurriendo a cambios en la dieta, la recomendación de ejercicio, y actividades para el manejo del estrés".
Para evitar la medicación, es necesario que la persona cumpla con determinadas condiciones:
-Que tenga una vida sana
-Que no fume
-Que haga actividad física
-Que duerma bien
-Que tenga presión arterial normal
-Que no tenga diabetes
-Que tenga una vida sexual óptima
-Que mantenga una proporción corporal normal entre la grasa y el músculo
Hay personas que sí o sí deberían estar medicadas. ¿En qué casos se requiere tomar la medicación para bajar el colesterol muy alto? "Los pacientes que sufren de hipercolesterolemia familiar, una enfermedad hereditaria, necesitan ser medicados con drogas que ayuden a bajar el colesterol. En estos casos, ni la dieta, el ejercicio o el manejo del estrés alcanzan para disminuirlo. Por eso, sin medicación, estas personas continúan con niveles peligrosamente altos de colesterol LDL oxidado, que es el colesterol "malo"".
¿Existe el colesterol nervioso?
Muchas personas consideran que un colesterol levemente más alto que el normal, se debe a situaciones de estrés y nervios de la vida cotidiana. Lo asocian con las emociones, las angustias, la ansiedad, un duelo, un cambio drástico, las corridas laborales e incluso con la falta de dinero. Esa "mala sangre", es la justificación que suelen dar aquellos que no pueden tener el colesterol dentro de los valores estipulados.
"En varias ocasiones el estrés deja como secuela un colesterol alto. Por ejemplo, un cuadro de fatiga por estrés y sedentarismo pueden aumentar el colesterol. Si se revierte el estrés, habitualmente disminuyen los valores del colesterol malo y no es necesario llegar a utilizar medicación", dice la doctora Rodríguez Zía.
"Un trabajo agobiante y competitivo, que solo se mida por resultados satisfactorios, traerá aparejado más horas frente a la computadora, menos ejercicio, mayor consumo de comidas rápidas, hábitos nocivos como el fumar, falta de horas de sueño, y tendencia a la obesidad, entre otras complicaciones. Cuando el colesterol es afectado por las emociones, es importante la dedicación que se le da al paciente en la consulta, para comprender el origen del dato numérico. Como así también la visión que el profesional tenga de ese paciente, y la parcialidad o totalidad con la que lo observe".
La mala decisión de medicar a los sanos
El sobretratamiento del colesterol es tan malo y tan perjudicial para la salud como el infratratamiento.
Ocurre muchas veces, que el médico está saturado de pacientes. El tiempo para que se le pueda dar una buena atención a los mismos en cada consulta es muy breve (como máximo 15 minutos), y es lógico que el médico llegue a ver sólo algunos estudios. Sin embargo, cuando se habla de la prevención de la enfermedad cardiovascular, con un colesterol de 240 se deben evaluar otras alternativas antes de medicar.
Los pacientes que no tienen antecedentes de infartos ni signos de aterosclerosis son pasibles de bajar el colesterol levemente alto solamente por cambiar sus hábitos.
En este caso dar medicación, para bajar el colesterol, no ha demostrado ningún tipo de prevención de la aterosclerosis. Incluso se demostró que no hay relación lógica entre el valor del colesterol y la muerte por enfermedad cardíaca.
"Al ver solamente un número, por ejemplo "colesterol 230", muchos médicos indican un medicamento para disminuirlo, sin considerar que existen otros parámetros en el paciente que podrían y deberían ser modificados antes, para normalizar ese colesterol. En consecuencia, no sería necesario tomar una medicación, que podría tener efectos adversos".
Ni tan bajo, ni tan alto
El colesterol bajo no lo producen las emociones, sino que se da por la medicación o la desnutrición. Y esto puede generar desde depresión hasta déficit cognitivo.
Es extremadamente raro dentro de la fisiología, y habitualmente lo vemos en pacientes que tenían un colesterol levemente alto (220mg), y que fueron medicados con drogas que lo bajan.
Los efectos que producen un colesterol bajo son: la disminución de hormonas sexuales, dado que son sintetizadas a partir del colesterol, esto podrá generar una disminución de la libido, en ambos sexos. A la mujer se le pueden sumar alteraciones del ciclo menstrual e incluso, esterilidad.
Otro de los inconvenientes del colesterol bajo es la disminución del cortisol, hormona del estrés, con la falta de respuesta al mismo. También se produce la disminución de aldosterona, hormona que regula el sodio y el potasio en el organismo. En ambos casos, el paciente puede sentir fatiga y debilidad generalizada.
A nivel cerebral, el colesterol bajo puede colaborar con el déficit cognitivo y con patologías preexistentes como la depresión, la ansiedad y los trastornos obsesivos compulsivos (TOC), dado que es un elemento estructural necesario de las membranas neuronales.
Cambio de hábitos alimentarios, un pilar fundamental del tratamiento
El cambio de hábitos alimentarios será fundamental para bajar el colesterol de 240 a 200 mg%, dado que la carne roja de vaca y las frituras de todo tipo lo pueden subir.
Bajando la ingesta de estos alimentos y cambiando el tipo de cocción, dejando las frituras por alimentos hervidos o hechos al vapor, ya se obtienen resultados notorios a los 2 a 3 meses.
También es importante bajar la ingesta de la yema de huevo, comiendo solo las claras y cocinando con ellas como si fuera el huevo entero.
Hay que olvidarse de los snacks, las papas fritas y chizitos, y embutidos como el salame y la longaniza.
Por ejemplo, se puede armar una buena picada con aceitunas, pepinillos en vinagre, tomates cherry, maníes, castañas de cajú, pistachos y sushi.
Los 10 alimentos que sí
1. Pescados azules: salmón, sardinas, atún
2. Legumbres
3. Frutos secos
4. Soja
5. Cebada
6. Frutas, tres por día
7. Salvado de avena
8. Vegetales 3 porciones al día
9. Yogurt descremado
10. Arroz integral
Los 10 alimentos que no
1. Snacks
2. Leche, quesos y yogurt que no sean descremados.
3. Cremas, helados
4. Embutidos, fiambres, paté
5. Hamburguesas y Salchichas
6. Manteca, margarinas
7. Bebidas alcohólicas, cerveza y vino, solo a una copa al día.
8. Alimentos fritos
9. Productos de pastelería y repostería
10. Cerdo y ternera grasos, vísceras (hígado, sesos, riñones)
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Fuente: Infobae
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