La tecnoeuforia es una falacia. Ha llegado la hora de recuperar el control de la tecnología
Las nuevas tecnologías traen roblemas de salud mental, polarización, desinformación, inferencia electoral e incluso daños al medio ambiente.
El trabajo no es solo una fuente de ingresos. Para muchas personas, es también una fuente de significado que forma su identidad y orienta sus vidas. Según el experto en inteligencia artificial y profesor de Economía en la Universidad de Oxford Daniel Susskind, todo eso podría estar a punto de cambiar. En su libro A world without work (seleccionado por The Financial Times como uno de los cuatro mejores títulos de economía de 2020), Susskind argumenta que la revolución de la inteligencia artificial se distinguirá de los anteriores avances tecnológicos porque esta vez el riesgo de competir con una máquina se extiende a muchos más sectores. Como explicó durante una entrevista por Skype, el estrago no se limitará al mercado laboral “sino que puede significar un gran agujero en esa idea de sentido, de estar contribuyendo y de tener un propósito que proporciona el trabajo”.
Según Susskind, no hay que esperar al futuro para entender la importancia de estas cuestiones. Los desempleados del cinturón industrial estadounidense que se niegan a buscar trabajo en tareas eminentemente femeninas como la enfermería o la enseñanza infantil son, dice, un ejemplo de lo relevante que es el tema de la identidad en el trabajo. Lo mismo con los universitarios desocupados de Corea del Sur que rechazan ofertas laborales por debajo de su nivel de formación. “Todo esto es para decir que no nos bastará con formar a la gente para que adquiera nuevas habilidades, también vamos a tener que pensar en estos conceptos de significado, identidad y propósito”.
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