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Familias que cuidan chicos en tránsito

Familias todo terreno: la alegría y el esfuerzo dan vida a las casas con chicos en tránsito


Abren sus puertas a niños de hasta cuatro años que tienen vulnerado algún derecho, durante un tiempo determinado; en el hogar, los roles de cada miembro de la familia cambian; cómo aprenden juntos a enfrentar el dolor de cada partida


Micaela Urdinez, LA NACION, LUNES 16 DE ENERO DE 2017

 

Rafael y Alicia Chamorro Frick, junto a sus hijos Felipe (11) y Abel (14) y la beba que hoy es parte de la familia, en su casa de Bella Vista. Foto: Rodrigo Néspolo 

 

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El amor no se divide, se multiplica. Esto es lo que viven día tras día los padres de las familias que albergan en sus hogares a chicos en tránsito. Porque al amor que sienten por sus hijos biológicos se va sumando el que tienen por todos esos bebes que, por diferentes motivos, llegan a sus casas.

"La verdad es que esto es algo hermoso, pero que también duele un montón. Es lo mejor que te puede pasar, te cambia la vida en lo personal pero duele. Y siempre empezás pensando que querés ayudar a un bebe y después te das cuenta de que lo único que hicieron fue ayudarte a vos", dice Nora Villagra, directora de Familias de Nazaret, organización que arrancó en 2000 a especializarse en esta temática, de la mano del obispado de San Isidro.

Los jueces son los que deciden qué chicos son los que necesitan los cuidados de estas familias y durante cuánto tiempo. En general vienen de situaciones de abuso o maltrato, son abandonados en los hospitales o aparecen en la vía pública. En paralelo, se trabaja para encontrar una solución a esta situación de emergencia que puede ser la restitución con la familia de origen o la adopción.

"Son chicos que están con medidas de abrigo porque se detectó que alguno de sus derechos estaba siendo vulnerados. En general siempre las primeras miradas las hacen los servicios sociales, las escuelas o los hospitales, como cuando un chico ingresa golpeado o si hay alguna denuncia. Y ahí entran en el circuito. Cuando se determina que está bien tomada la medida de abrigo, piden una vacante y recién ahí nosotros entramos en acción", agrega Villagra, que ya tuvo ocho chicos en su casa.

Lejos de la adopción

Los requisitos para poder ser una familia de tránsito van variando en función de la entidad que coordine la ayuda pero lo más importante es que el matrimonio o la persona no estén anotados para adoptar y que ya tengan hijos propios. Porque lo que se quiere evitar a toda costa es que la motivación sea aspirar a quedarse con estos chicos. "Lo mejor para nosotros es que ellos estén con sus familias biológicas o adoptivas", acota Villagra.

Familias de Nazaret recibe a chicos de hasta ocho meses, pero Familias Abiertas, otra organización que hace la misma labor solidaria, se estira hasta los cuatro años. "Con mi marido siempre dijimos de abrir un hogar y cuando tuvimos a nuestro primer hijo pensamos que era mejor abrir las puertas de nuestra casa a otros chicos. Y así es como hoy ya pasaron más de 200 niños por todas nuestras familias. La idea es que no estén más seis meses, pero algunos estuvieron hasta seis años", explica Luz Vergara, presidenta de esta entidad que trabaja con la Dirección General de Niñez y Adolescencia de ciudad de Buenos Aires.

Las familias no reciben ningún tipo de dinero a cambio porque se trata de una tarea voluntaria, pero sí están cubiertos todos los gastos de los bebes, como los pañales, la leche, la ropa o la cuna. "Sólo hace falta darle amor, tiempo, una mirada personal y un hogar al niño", dice Vergara.

Además del esfuerzo y dedicación que requiere esta tarea, el mayor miedo surge con la ida de los bebes. Después de meses -o incluso años - de ser parte de la familia, se van sin previo aviso. "Lo que más cuesta es el tema del egreso, más cuando los tiempos se prolongan tanto. Es lo que más tenés que trabajar con las familias. Porque debe haber un apego bien trabajado para que uno pueda soltar", agrega Vergara.

Todos los involucrados señalan que ser familias de tránsito requiere de un gran compromiso que es compartido por sus familias extensas, sus amigos y todos los voluntarios y el equipo de trabajo de las organizaciones a las que están vinculados. Éstos están compuestos por médicos, psicólogos, asistentes sociales y abogados, entre otros, que aportan sus conocimientos para la causa.

Familias de Nazaret es parte del Programa Familias Solidarias de la provincia de Buenos Aires y cuenta en este momento con 18 familias inscriptas y activas. "Nuestra misión es solamente cuidarlos el tiempo que están con nosotros. Y todo el tiempo estamos en contacto con las familias, y les decimos que cualquier inconveniente que tengan, nos llaman", agrega Villagra.

La mala noticia es que a pesar del amor y esfuerzo de todos los involucrados, las familias no alcanzan. "Y es justo lo que más buscamos porque un bebe lo que más necesita es amor. La leche y los pañales los conseguimos. Lo que hace falta son brazos que sean conscientes de lo que es este servicio", concluye Villagra.

 

Para saber más


Familias de Nazaret

(011) 154-071-6864; familiasdenazaret@hotmail.com

Familias Abiertas

www.familiasabiertas.org.ar

 

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