La tecnoeuforia es una falacia. Ha llegado la hora de recuperar el control de la tecnología
Las nuevas tecnologías traen roblemas de salud mental, polarización, desinformación, inferencia electoral e incluso daños al medio ambiente.
Matthew Butterick parece un tipo muy normal. Viste una gorra de beisbol, gafas de pasta transparente y una cazadora deportiva de colores. A su espalda hay dos teclados y sintetizadores vintage que le dan un toque bohemio al sótano de su casa de Los Ángeles, que es también su oficina. “Tengo una colección de más de 20”, dirá luego en videollamada con EL PAÍS. Nada en esta escena invita a pensar que Butterick es abogado. Menos aún que alguien tan alejado del clásico estereotipo del traje y la corbata tiene a gigantes como Microsoft, OpenAI y Meta conteniendo el aliento.
El estadounidense ha iniciado una auténtica cruzada legal contra la inteligencia artificial (IA) generativa. En 2022 registró la primera demanda de la historia de este campo contra Microsoft, una de las compañías que desarrollan este tipo de herramientas (GitHub Copilot). Hoy coordina cuatro demandas colectivas (class actions) que reúnen pleitos interpuestos por programadores, artistas y escritores y que, de prosperar, pueden obligar a las empresas responsables de aplicaciones como ChatGPT o Midjourney a indemnizar a miles de autores. O incluso pueden llevarlas a tener que retirar sus algoritmos y volver a entrenarlos con bases de datos que no infrinjan derechos de propiedad intelectual. “Esta es, para muchos de nosotros, la lucha de nuestras vidas”, asegura. Los primeros resultados de sus esfuerzos podrían llegar en cuestión de meses.
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Las nuevas tecnologías traen roblemas de salud mental, polarización, desinformación, inferencia electoral e incluso daños al medio ambiente.
Casi sin que nos diéramos cuenta, las ‘big tech’ se han convertido en nuestras soberanas ‘de facto’, cuyos gobiernos nos condenan a todo tipo males. Problemas de salud mental, polarización, desinformación, inferencia electoral e incluso daños al medio ambiente. Para evitar que esta deriva nos sentencie definitivamente, más de 100 personalidades han firmado y presentado el ‘Manifiesto OFF
La última vez que uno de los nuestros tocó la superficie lunar fue en 1972. ¿Qué ocurrió desde entonces? Las respuestas oscilan entre teorías conspirativas y explicaciones mucho más aburridas.
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Falsos representantes de la AMFEAFIP solicitan fondos para causas solidarias
La AMFEAFIP susccribió un acuerdo para la atención de urgencias y emergencias que podrán usufructuar los afiliados de Santa Fe, Rosario y Córdoba. Opción por Prepaga.