Reflexiones para el vacío post - mundialSER MESSI.DE LOGROS PROPIOS Y AJENOS
Mientras se van apagando las luces del enorme triunfo deportivo podemos comenzar a moldear el camino que nos conducirá a nuestros propios logros.Por Marcela Morali, Directora del Programa de Desarrollo Personal y Liderazgo de la AMFEAFIP*
Se fueron los aplausos y algunos recuerdos Alejandro Lerner
Messi, el fútbol, la pasión, la alegría compartida
Cuánta alegría nos ha traído este Campeonato Mundial disputado en Qatar. Entre otras cosas, hemos podido ver cuántas ganas de divertirnos, celebrar y festejar teníamos guardadas. Difícil de explicar por qué el fútbol nos moviliza y conmueve tanto, aunque en verdad a esta altura de su desarrollo tampoco importa demasiado. Sociólogos, filósofos, psicólogos, deportistas y antropólogos –entre tantos otros profesionales y aficionados- han hecho miles de intentos de descifrar esta fusión de juego, deporte, pasión, negocio, espectáculo y quién sabe cuántas dimensiones más, sin haber podido nunca resolver el enigma. Afortunadamente la realidad sigue ahí impávida, imperturbable, resistente a todo intento de racionalización. Bienvenido sea lo inexplicable que ayuda a hacer que el mundo sea un poco menos aburrido. Lo cierto es que llega el Mundial y ahí estamos una y otra vez, millones de personas de todo el mundo sentadas frente a la tele, la Tablet o el móvil asistiendo, entre ansiosas, contentas y desesperadas, a eso que ocurre en el rectángulo mágico. Emociones desmesuradas, cábalas, gritos, llantos y promesas se conjugan para invitarnos a hacer locuras que incluyen desde levantarnos a cualquier hora y cambiar los horarios de trabajo hasta saltar como locos en el sofá recién comprado o vender un auto para viajar. Todo vale (y más si ganamos). Todo hermoso, maravilloso, genial. Gracias por todo… ¿Y ahora? ¿Cómo seguimos? ¿Cómo seguir viviendo sin Messi, MBappé, los árbitros, el VAR, el periodismo preguntando y opinando sobre todo –igual que cada uno de nosotros-, sin los rituales cabalísticos, sin la celeste y blanca como guiño hacia aquello –si es que hay algo- que tenemos en común? Una vez aplacadas las pasiones y más allá de (no) comprender la experiencia transitada, irrumpe, irrefrenable una pregunta que se repite cada 4 años: ¿Y ahora qué?
La experiencia individual en relación al fenómeno colectivo. Ser espectador o ser protagonista Evidentemente es imposible sostener un nivel de intensidad tan alto en cualquier ámbito o actividad que realicemos. Y mientras las luces se van apagando, los estadios se van desmontando y las calles se van vaciando, cabe reflexionar sobre lo experimentado por cada uno y, por qué no, preguntarnos acerca de si hay algo de todo lo vivido que podamos/queramos conservar, sostener o (re) generar. Dicho de otra, manera, más allá del fenómeno colectivo ¿qué nos pasó a cada uno en el proceso transitado? ¿Qué me trajo esto a mí? ¿Qué es lo que me con-movió tanto? ¿De qué materia está hecho “eso” que me hizo vibrar con tanta pasión? Antes de continuar con mi razonamiento pido disculpas de antemano porque diré algo “aguafiestas”(y cuánto hace que no utilizaba esta palabra!), pero me parece importante TENER MUY PRESENTE que todo lo vivido fue hermoso, genial, maravilloso, pero NO DEJA DE SER UN LOGRO BÁSICAMENTE AJENO. Que celebramos genuinamente, que compartimos legítimamente con los protagonistas, pero que no nos pertenece del todo. ¿ Y PARA QUÉ ME SIRVE PENSAR ESTO? Entre otras cosas, PARA RECORDAR QUE SIN BIEN EN ALGUNAS OCASIONES PUEDE SER MUY SATISFACTORIO Y LOABLE -y hasta genereoso- SER ESPECTADORES DE CIERTOS ACONTECIMIENTOS SOCIALES, DEPORTIVOS O CULTURALES, LO QUE VERDADERAMENTE NOS EMPODERA ES SER PROTAGONISTAS. SER MESSI ES SER PROTAGONISTAS de nuestros sueños, de nuestros objetivos, de nuestra planificación ye nuestro esfuerzo sostenido en el tiempo para lograrlos.
El estado de ánimo que nos dejó el mundial podría ser un buen marco para preguntarnos hacia dónde estamos yendo, en qué objetivos estamos trabajando, cuán protagonistas estamos siendo de nuestras propias vidas, con cuánta pasión estamos viviendo, con quién/quiénes estamos tejiendo vínculos significativos, en qué áreas y dimensiones vivimos en piloto automático y cuáles nos gustaría cambiar. La buena noticia es que siempre se puede Volver a Empezar y encima en estas latitudes el calendario nos ayuda. El fin de un año y comienzo de otro siempre nos invita a hacer balance, borrón y cuenta nueva. ¿Con qué y con quiénes nos quedamos? Podemos volver a elegir sueños, proyectos, senderos, compañeros de viaje… Concluyendo, creo que de algún modo nos enganchamos con ESTA SELECCIÓN ARGENTINA DE FÚTBOL porque FUE algo así COMO NUESTRA MEJOR VERSIÓN COLECTIVA. Este equipo de fútbol fue mucho mejor de lo que solemos ser como sociedad. Aclaro rápidamente que de ningún modo creo que la experiencia futbolística sea extrapolable al ámbito social y político en el cual las diferencias son lógicas, naturales, irreductibles y de lo que se trata no es de eliminarlas sino de encausarlas institucionalmente. Pero siempre podemos ser mejores. Y ello no solo nos sirve individualmente para lograr mayores niveles de paz y bienestar personal sino que además ello influye positivamente en quienes nos rodean. SER MESSI HOY ES VIVIR SIENDO NUESTRA MEJOR VERSIÓN. YA SABEMOS LOS LOGROS QUE PODEMOS ALCANZAR. Y CUÁN CONTAGIOSO PUEDE LLEGAR A SER.
*Marcela Morali, Politóloga, Coach Ontológico, Magíster en Sociología Política, Magíster en Desarrollo Personal y Liderazgo.
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