
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), hoy un cuarto de la humanidad no tiene acceso a una fuente segura de agua.
Se trata de la población más pobre del mundo. Y es que, en reglas generales, el acceso al agua está determinado por la capacidad económica.
Cuanto más rico es un país, más amplia es su red de cobertura. Y, en los países en desarrollo o subdesarrollados, las poblaciones más acaudaladas tienen más disponibilidad de agua que las más pobres, y las urbanas más que las rurales.
Pero no en todos lados ocurre esto. Hay un país en particular que es considerado un ejemplo de que no hace falta ser rico para poder brindarle agua a toda la población por igual.
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