Un chip neuronal desarrollado por Neuralink, la empresa de Elon Musk, fue implantado con éxito a fines de enero en un paciente humano. Este dispositivo, que tiene el potencial de mejorar la calidad de vida de personas con discapacidades neurológicas, permitiéndoles controlar dispositivos electrónicos con la mente o incluso restaurar funciones perdidas, generó expectativas en el mundo científico y tecnológico.
Sin embargo, también despierta una serie de preocupaciones sobre la privacidad mental. La capacidad de leer y escribir información en el cerebro abre la puerta a una vigilancia sin precedentes de nuestros pensamientos y emociones.
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